El colágeno es esencial para las personas que practican deporte. El entrenamiento puede desgastar, deteriorar y dañar los ligamentos y las articulaciones. Sobre los 25 años, empezamos a perder colágeno, aunque de forma muy sutil. La disminución de esta proteína mantiene a partir de entonces una reducción sostenida. A partir de los 30, cada año, la cantidad de colágeno en nuestro cuerpo disminuye un 1 %. Y es a partir de los 50 donde esta disminución es aún mayor. Esta bajada de nivel provoca: Pérdida de la elasticidad y la firmeza de la piel, por lo que aparecen estrías, arrugas, flacidez, dolores musculares y articulares, sobre todo en la articulación de la rodilla, incremento de la porosidad del hueso, debido a una descalcificación como consecuencia de la pérdida de las sales cálcicas que están adheridas al colágeno.